La Inteligencia del Corazón

Cuando estamos en la inteligencia del corazón operamos con equilibrio, fluidez y ahorramos energía, lo cual no sólo nos hace más productivos, sino más sanos. 

 

La inteligencia del corazón es emocional, muy rápida, de naturaleza intuitiva y muy práctica. Nos da orientación al momento de tomar decisiones, ya sean grandes o pequeñas, a medida que avanzamos en la vida desde que nacemos. Sin embargo, al centrarnos en la supervivencia, nos apartamos de esta inteligencia que se ocupa de nuestro bienestar y el de los demás. 

El cuerpo está rodeado de un campo magnético de energía, que se ve afectado por el estado mental, es decir los pensamientos y emociones. El Instituto Heartmath en Estados Unidos demostró científicamente que el corazón emite un campo de energía electromagnética de frecuencia muy elevada que puede tener hasta dos metros de extensión. Cuando una persona experimenta un estado mental de serenidad, aprecio, compasión y gratitud, ese campo energético eleva la frecuencia de vibración de todo su entorno. Esto afecta la salud en general, ya que por la función de las células en el organismo, cada parte contiene la información de la totalidad. Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces más grande en amplitud, y penetra a cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro. 

La información perteneciente al estado emocional de una persona, también es comunicada vía el campo electromagnético del corazón, de esta manera es posible transmitir información entre la gente en un nivel invisible y energético. También se ha verificado que las ondas cerebrales de una persona pueden, de hecho, sincronizarse con el corazón de otra.

Con sus cuarenta mil neuronas, es más la información que el corazón le envía al cerebro, que la que el cerebro le aporta al corazón. El corazón hace más que simplemente bombear sangre. Envía órdenes de sanación al cerebro y al resto del cuerpo, cambia la onda de la presión sanguínea y produce hormonas. El sistema nervioso dentro del corazón (o el cerebro del corazón), lo habilita para aprender, recordar, y para realizar decisiones funcionales independientemente de la corteza cerebral. Por otra parte, numerosos experimentos han demostrado que las señales que el corazón envía constantemente al cerebro influyen en las funciones de los centros más importantes de éste, los que involucran a los procesos de percepción, de conocimiento y a los emocionales. 

El campo del corazón está directamente relacionado con la percepción intuitiva, a través de un acoplamiento con un campo energético de información que trasciende los límites del espacio y del tiempo. Tanto el corazón como el cerebro reciben y responden a información sobre un futuro evento antes de que este suceda.

Incluso más sorprendente fue el hallazgo de que el corazón parece recibir esta información “intuitiva” antes que el cerebro. 

El corazón espiritual o átomo primordial, es un punto de conexión directa con la fuente, que nos aporta soluciones creativas y originales. Para tomar contacto con la inteligencia intuitiva del corazón, es necesario que estemos en un estado de calma, que no es aletargamiento sino un estado interno de fluidez y claridad entre pensamientos, emociones y decisiones; es un estado de presencia y atención.

Ahora que ya sabes la conexión entre cerebro y corazón pregúntate si vives en coherencia emocional: si lo que piensas es lo que sientes. 

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Agustin Andrade

Autor y Comunicacor

www.agustinandrade.com

 

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