Cerrar el gas varias veces, comprobar si la puerta está bien cerrada, contar las baldosas por la calle... Hay rituales obsesivos que realizan las personas con Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) para rebajar su ansiedad.
Estas obsesiones causan malestar en la persona y le hacen perder mucho tiempo cada día, y aunque ellos reconocen que son excesivas no pueden dejar de realizarlas.
¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?
Las personas que padecen este trastorno manifiestan importantes obsesiones que se manifiestan en pensamientos o impulsos que les causan ansiedad. Para calmar su obsesión y poder calmarse realizan actos repetitivos como lavarse las manos muchas veces por miedo a enfermarse.
El TOC se caracteriza por:
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Las obsesiones que se presentan como pensamientos de carácter intrusivo, es decir, aparecen de repente y de manera involuntaria en la mente de la persona. Son pensamientos que se intentan rechazar, irracionales e ilógicos, estos causan una gran ansiedad y malestar en la persona.
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Por otro lado, las compulsiones, que consisten en conductas repetitivas que la persona lleva a cabo a fin de neutralizar el malestar que le genera la obsesión, como si realizando estos comportamientos el contenido de la obsesión no se cumpliera.
Los 10 signos más habituales en personas con TOC:
- Lavarse las manos continuamente y ducharse varias veces al día. Temen los microbios y enfermarse por la suciedad.
- Miedo a ponerse enfermos. Pánico a que ellos mismos o su familia sufran mucho con una enfermedad.
- Les asusta perder el control y hacer daño a alguien.
- Necesitan un orden en su hogar, todo tiene un sitio y no se puede mover.
- Acumulan cosas que no necesitan
- Odian tomar decisiones
- Comprueban varias veces si la luz está apagada, si la puerta está bien cerrada o si les falta algo en el bolso.
- Repiten palabras, frases o secuencias numéricas con el objetivo de que nada malo ocurra.
- Tienen miedo a olvidarse de algo importante.
- Experimentan impulsos agresivos
¿Es posible sanar el trastorno obsesivo compulsivo?
Las sensaciones más frecuentes en los pacientes con un trastorno obsesivo compulsivo son ansiedad, depresión y necesidad de control. Esto afecta en la vida diaria, en su trabajo y en sus relaciones.
Hay varias técnicas que suelen funcionar para este tipo de pacientes:
1. Admitir la enfermedad
No están locos, ni son peligrosos. Lo más importante es que la persona admita que sus preocupaciones son irracionales y que no sirven. Uno de los objetivos de los rituales es calmar la ansiedad, sin embargo, muchos consideran que si no los llevan a cabo, algo sumamente trágico ocurrirá en sus vidas.
¿Qué pasa si no se realiza ese ritual? La ansiedad puede aumentar y pueden obsesionarse porque no lo han hecho. Sin embargo, al cabo de unos minutos se empezarán a calmar.
Eliminar pensamientos catastróficos es vital en el proceso. Recordar el pasado cuando esas acciones no se llevaban a cabo y nada malo ocurría.
2. Comprenderse
Los rituales obsesivos como la limpieza extrema calman la ansiedad pero solo un espacio de tiempo, a las horas vuelve a aparecer la misma obsesión.
Es una especie de “válvula de escape” momentánea, pero bajo ningún aspecto, la solución definitiva. Hay otras estrategias eficaces para reducir los niveles de ansiedad, como ser respirar lentamente, practicar mindfulness o yoga, escuchar música relajante...
3. Aceptar la situación
Es común que las personas con TOC se avergüencen de su condición y que por ello no lo acepten. Seguramente evitarán el tema, encontrarán cualquier tipo de excusa para tener razón, escaparán de la realidad.
La mente está entrenada para repetir una y otra vez los mismos parámetros porque se siente cómoda en esa posición. Cuando algo desequilibra esa rutina, no sabe cómo actuar.
Los que sufren de una obsesión pasan por este proceso una y otra vez. Es difícil que salgan de su zona de confort, pero con paciencia, compresión y ayuda puede mejorar mucho su situación.
Redacción Instituto Draco
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